DE TODO
  BIOGRAFIAS
 

 BEETHOVEN 

Ludwig Van Beethoven nació el 16 de diciembre de 1770, en Bonn, cerca de Colonia, en la mísera bohardilla de una casa humilde. Era de origen flamenco. Su padre fué un tenor mediocre y borracho. Su madre, criada, hija de un cocinero y viuda en primeras nupcias de un ayuda de cámara. Desde el comienzo, la vida se le aparecía como un combate triste y brutal. Su padre intentó explotar sus aptitudes musicales y exhibirlo como un niño prodigio. A los cuatro años lo hacía estar horas y horas en el clave, o lo encerraba enla bohardilla con un violín. La juventud la tuvo ensombrecida por las preocupaciones materiales. A los once años tocaba en una orquesta de teatro, a los trece era organista. En 1787 perdió a su madre y tuvo que hacerse cargo de su familia y de la educación de sus dos hermanos menores, dada la incapacidad por alcoholismo de su padre, incapaz y pendenciero. En noviembre de 1792 se va a vivir a Viena, metropoli política y cultural del imperio de entonces. Entre 1796 y 1800 la sordera comienza a hacer estragos en su cuerpo y en su personalidad; los oidos le zumban día y noche y está minado por dolores de abdomen y de cabeza. Durante años no se lo cuenta a nadie y evita toda compañia para que el defecto no sea notado. A estas torturas físicas se unen transtornos de otra indole. Se sentía incapaz de conquistar a una mujer. Un hombre así estaba condenado a ser una víctima cándida del amor, y lo fué. Se enamoraba locamente, sin cesar, y soñaba romances que al punto lo defraudaban, con la consiguiente amargura y sufrimiento. En estas alternativas de amor y de orgullosa rebeldía es donde hay que buscar el más fecundo manantial de la inspiración de Beethoven, hasta aquellos años en que el ardor de su naturaleza se encalma en una melancólica resignación. Políticamente, sus simpatías le llevaban hacia las nacientes ideas revolucionarias. Quería que todos contribuyeran al gobierno del Estado ... Deseaba para los países europeos el sufragio universal y esperaba que Bonaparte lo estableciese, echando así las bases para la felicidad del género humano. Napoleon le defrauda al coronarse Emperador, y su exhaltación herioca, presente en las obras de esos años se transforma en una nueva oleada de melancolía y decepción. En 1810, plenamente maduro, se abandona a su carácter iracundo e indómito, sin importarle ya nadie ni hacer caso de convencionalismos ni de los juicios de los demás. El año 1814 señala el apogeo de la fama y la fortuna de Beethoven. En el Congreso de Viena se le considera como una de las glorias europeas, y su obra refleja el esplendor y la euforia de la época. Tras esos momentos de gloria devienen los días más negros y más miserables. Estaba ya completamente sordo. Desde el otoño de 1815 no se comunica más que por escrito. No tenía otro consuelo que el de la naturaleza, lo que le daba alguna tregua a la inquietud de su espíritu. Constantemente preocupado por la falta de dinero, sordo y alejado de los demás, se consumía entre los aprietos caseros y los interminables pleitos para el cobro de las pensiones y honorarios, y el largo pleito por la tutela de su sobrino Karl, hijo de su hermano menor, que la tisis mató en 1815. Soñó mil cosas para él, pero Karl era ruin y mal agradecido. En el verano de 1826 llegó a dispararse un tiro. No murió, pero Beethoven estuvo a punto de sucumbir, presa de un colapso producido por el hecho. Desde esta sima de tristeza, Ludwig va a exaltar a la Alegría. Era la única ilusión de su vida. Dudó, y pensó, sin decidirse, durante varios años; y tantas veces como retomaba el proyecto, lo abandonaba, arrastrado sin cesar por el torbellino de sus pasiones y de sus melancolías. El 7 de mayo de 1824, se dió en Viena la primera audición de la Missa en Re y la Novena Sinfonía. Fué un éxito triunfal que llegó a tomar un cierto carácter revolucionario. Cuando apareció Beethoven, fué acogido con cinco salvas de aplausos, cuando, entonces, solo se daban tres para la entrada de la Familia Imperial. mas el triunfo fué pasajero, y el resultado práctico nulo. Volvió a encontrarse pobre, enfermo y abandonado, aún sintiendose vencedor de la mediocridad humana, de su propio destino, de su martirio. A fines de noviembre de 1826, fué presa de una pleuresía. Acudió tarde el médico, y trató con desacierto al enfermo, postrandolo definitivamente. Sobre el lecho en el que agonizaba, después de tres operaciones, y esperando la cuarta, escribe serenamente: " Tengo paciencia y pienso que no hay mal que no nos reporte algún bién ... es quizás el fin de una comedia ... la comedia de mi vida " Murió durante una tormenta de nieve, en un relámpago. Una mano extraña le cerró los ojos el 26 de marzo de 1827. 


BACH


 Conocido como el gran músico del protestantismo, aquel que arregló infinidad de corales para devolver al pueblo reformado la bendición de cantar, elevando y dignificando la mejor tradición musical germana, aquel genio, fue sobre todo y ante todo un siervo, un levita del barroco alemán , al servicio del culto y la adoración al Señor en el tiempo y la circunstancia que le tocó vivir.


Nace en Eisenach el 21 de Marzo de 1685. Durante generaciones toda la familia Bach se dedicó de una manera u otra a la música, por lo que no es de extrañar la pronta afición de este compositor por ella. Decir Bach en aquella ciudad era decir Música..

De la biografía de Bach se conocen sus múltiples desplazamientos y mudanzas a lo largo de su vida, algunos de ellos a pié, ya que este compositor fue un gran amante de las larguísimas caminatas. Uno de sus primeros destinos, con 15 años, fue Lüneburg, donde tras ganar un concurso de organistas ve como el premio de la plaza es adjudicada a otra persona por determinadas influencias, hecho que le perseguiría a Bach posteriormente en circunstancias similares. Tras pasar durante unos meses al servicio del Duque Johann Ernst, consigue por fin un trabajo como organista en 1703. Pero las exigencias y los límites que el duque le imponía en su faceta creadora, le obligan a cambiar el puesto por otro similar en Mühlhausen, en 1714. Hasta ahora Bach se dedicaba sobre todo a componer decenas de obras religiosas (Cantatas) para su interpretación en los oficios dominicales. Pero razones similares a las anteriores, le influyeron a la hora de tomar la decisión de marcharse de este puesto de organista de corte, y se instala en Cöthen en 1717 al servicio del príncipe Leopold.

Por fin nos encontramos con algo de estabilidad en la vida de Bach, donde parece que encontró su lugar perfecto para el desarrollo de su música. Además, debido al entendimiento entre el noble y el músico, Bach pudo dedicarse ahora a investigar y componer obras no religiosas como los Conciertos de Brandenburgo, Sonatas para violín solo, Suites para celo, El Clave Bien Temperado, donde se inclina en la investigación tonal demostrando la gran perfección técnica con la que Bach ha pasado a la historia.

En 1720, muere su primera esposa, Maria Bárbara, con la que había tenido 7 hijos. Pronto Bach se casó con la cantante Anna Magdalena Wilcke (enamorada de la música de Bach), a la que conoció tras un recital de órgano de Bach con la que Anna Magdalena quedó sobrecogida. Tuvieron nada mas y nada menos que 13 hijos.

 

Pese a su bienestar en la corte de Leopold, Bach decide trasladarse a Leipzig en 1723 para estar al lado de sus hijos y ayudarles musicalmente. Aquí se hace 'Kantor' (denominación alemana del cargo directivo musical) y organista de la Iglesia de Santo Tomás, y además compone como profesor para un colegio musical varias obras.

Bach empezó a tener problemas de visión, y fue operado dos veces de los ojos. Tras perderla totalmente, Bach agonizaba, y tras sufrir una rápida mejoría, murió el 28 de Julio de 1750, sin la mayor consideración ni reconocimiento.

Hubieron de pasar décadas para que el músico fuese valorado merecidamente.

CHOPIN

(Fryderyk Franciszek Chopin; Zelazowa Wola, actual Polonia, 1810-París, 1849) Compositor y pianista polaco. Si el piano es el instrumento romántico por excelencia se debe en gran parte a la aportación de Frédéric Chopin: en el extremo opuesto del pianismo orquestal de su contemporáneo Liszt –representante de la faceta más extrovertida y apasionada, casi exhibicionista, del Romanticismo–, el compositor polaco exploró un estilo intrínsecamente poético, de un lirismo tan refinado como sutil, que aún no ha sido igualado. Pocos son los músicos que, a través de la exploración de los recursos tímbricos y dinámicos del piano, han hecho «cantar» al instrumento con la maestría con qué él lo hizo. Y es que el canto constituía precisamente la base, la esencia, de su estilo como intérprete y como compositor.

Hijo de un maestro francés emigrado a Polonia, Chopin fue un niño prodigio que desde los seis años empezó a frecuentar los grandes salones de la aristocracia y la burguesía polacas, donde suscitó el asombro de los asistentes gracias a su sorprendente talento. De esa época datan también sus primeras incursiones en la composición.

Wojciech Zywny fue su primer maestro, al que siguió Jozef Elsner, director de la Escuela de Música de Varsovia. Sus valiosas enseñanzas proporcionaron una sólida base teórica y técnica al talento del muchacho, quien desde 1829 emprendió su carrera profesional como solista con una serie de conciertos en Viena.

El fracaso de la revolución polaca de 1830 contra el poder ruso provocó su exilio en Francia, donde muy pronto se dio a conocer como pianista y compositor, hasta convertirse en el favorito de los grandes salones parisinos. En ellos conoció a algunos de los mejores compositores de su tiempo, como Berlioz, Rossini, Cherubini y Bellini, y también, en 1836, a la que había de ser uno de los grandes amores de su vida, la escritora George Sand.

Por su índole novelesco y lo incompatible de los caracteres de uno y otro, su relación se ha prestado a infinidad de interpretaciones. Se separaron en 1847. Para entonces Chopin se hallaba gravemente afectado por la tuberculosis que apenas dos años más tarde lo llevaría a la tumba. En 1848 realizó aún una última gira de conciertos por Inglaterra y Escocia, que se saldó con un extraordinario éxito.

SCHUBER

Nació en 1797, su padre era el director de su propia escuela, que funcionaba en el domicilio de la familia. En 1808 se incorporó como soprano al coro de la capilla de la corte. Era un niño inteligente, y en música demostró de inmediato su superioridad. Fue la “figura importante del establecimiento”, buen pianista y violinista, y ya entonces un compositor prolífico; todo esto a la edad de once años. Schubert atrajo la atención de Antonio Salieri, el director de música de la corte, y pasó a ser alumno de composición de esa importante figura.

Su voz cambió en 1813, pero continuó en el seminario con la ayuda de una beca. En el transcurso de ese año renunció y comenzó a preparase par seguir la carrera de maestro de escuela; entre 1815 y 1818 fue ayudante en la escuela de su padre. Durante los años de docencia compuso regularmente, y produjo una canción tras otra, su primera sinfonía la compuso en 1813, siendo el año 1815 el más prolífico en su vida, pues produjo dos sinfonías más, abundante música sacra y de cámara, más de 146 lieder y seis óperas, también intentó entrar en el teatro vienés. El momento no lo favorecía. Compuso una ópera alemana, y Viena estaba a un paso del período que se caracterizó por el furor que habría de provocar Rossini. Es posible que si Schubert hubiese contado con un libretista capaz se le hubiera ofrecido una oportunidad. Sus óperas tienen muchas ideas atractivas; la conocida Obertura Rosamunda pertence a la ópera El arpa mágica que fue representada en 1820.

Schubert mantuvo relaciones a lo largo de toda su vida con el grupo de la clase media intelectual que amaba la música y el arte; rara vez se vinculaba con la aristocracia, se sentía cómodo únicamente con la burguesía y la bohemia artística de Viena. Cuando se retiró definitivamente de la enseñanza, en el año 1818, se incorporó al círculo de los bohemios, y para ellos compuso su música. Era un círculo formado por músicos, artistas y figuras literarias, y muchos de ellos fueron sus amigos íntimos.

Después de 1818 dependió de sí mismo, aunque dos años antes se había convertido en profesional. Una entrada de su diario, fechada el 17 de junio de 1816, dice lo siguiente: “Hoy compuse por dinero por primera vez. A saber, una cantata para el onomástico del profesor Wattrot, con letra de Draxler. Los honorarios son 100 florines.” Schubert andaba siempre escaso de fondos y nunca disponía de la suma suficiente como para alquilar un piano, y mucho menos para adquirirlo. Poco importaba, porque un piano no le era indispensable para componer. Afirmaba que lo llevaba a perder el hilo del pensamiento. Si necesitaba un piano, acudía a la casa de un amigo. El dinero nada significaba para Schubert, y era un hombre de negocios poco agresivo cuando se trataba de vender su música y tratar con los editores.

En general tenía buen carácter y era fácil inducirlo a que se sentara al piano e improvisara valses en las fiestas. Pero a veces se mostraba malhumorado e irascible, y eso fue más frecuente durante su enfermedad. Contrajo una enfermedad venérea, y soportó un período muy ingrato durante el cual prácticamente se apartó de la sociedad. En el cuaderno de conversación de Beethoven, correspondiente a 1823, hay una anotación con letra de su sobrino Karl: “Elogian mucho a Schubert, pero dicen que se oculta”. En general, era un hombre taciturno. Tenía relaciones con mujeres, pero se mostraba reservado y ni siquiera los amigos conocían los detalles. Nunca se casó.

Los intentos de Schubert por hallar un editor no llegaron muy lejos. En 1817 envió a Breitkopf y Härtel una de sus canciones titulada Erlkönig (El rey de los alisios); éstos no demostraron el más mínimo interés, y devolvieron la obra al único Franz Schubert que conocían, un compositor del mismo nombre que vivía en Dresde; éste se sintió insultado y envió una áspera nota a los editores. ¿Quién era el advenedizo que así usaba su nombre?, el Schubert de Dresde dijo que conservaría la canción. “la retendré con el propósito de saber, si es posible, quién les envió esa clase de basura...”. Pero no todo era frustración, poco a poco comenzó a conocerse el nombre de Schubert. Algunos cantantes, por ejemplo Anna Milder y sobre todo Johann Vogl, comenzaron a presentar en público su música, y el círculo de Schubert, pequeño pero influyente, hacía propaganda a favor de su héroe. Vogl tuvo mucha importancia en su vida. Cuando Schubert lo conoció, durante la primavera de 1817, el barítono tenía casi treinta años más que él, y estaba llegando al fin de su distinguida carrera operística; se convirtió en el primer gran intérprete de Schubert. Esto influyó mucho en la carrera del compositor. Los críticos comenzaron a prestarle atención y los comentarios fueron en general halagadores. Nunca conquistó la fama que merecía, pero tampoco trabajó en un vacío.

Las “Schubertiaden”,veladas patrocinadas por sus amigos y durante las que se escuchaba únicamente su música eran muy conocidas. Schubert se sentaba frente al piano y se ejecutaban canciones, música de cámara, obras para piano (solista y a cuatro manos). Este mismo círculo de amigos consiguió publicar el primer grupo de sus canciones. Como no había editores dispuestos a imprimir la música, sus admiradores se unieron y recolectaron el dinero necesario para la edición.

Cuando creció la reputación de Schubert, unos pocos editores se le acercaron, pero mientras vivió fue muy reducido el número de obras importantes publicadas. No se imprimió ninguna de las sinfonías; sólo vieron la luz uno de los diecinueve cuartetos par cuerdas, tres de las veintiuna sonatas para piano, ninguna de las diez óperas, 187 del total de más de 600 canciones. Schubert compuso en todos los medios excepto uno, nunca compuso un concierto.

Durante los últimos años de su vida hubo indicios en el sentido de que las cosas mejorarían. En 1828 varias firmas se mostraron interesadas en él, y es posible que estas iniciativas hubieran dado ciertos frutos, pero a principios de noviembre cayó enfermo y el 19 del mismo mes murió de fiebre tifoidea. Sepultaron a Schubert cerca de Beethoven y el epitafio de su tumba rezaba: “Aquí el arte de la música ha sepultado una fecunda riqueza, pero también sus esperanzas, aún más luminosas.”

Franz Schubert, vivió siempre a la sombra de Beethoven. A juicio de los vieneses, e incluso de Europa entera, Beethoven, y sólo unos pocos compositores (Hummel, Spohr, quizá Weber) merecían que se los mencionara en el piano. Schubert no era uno de ellos, no porque se le creyese nulo. En su propio país gozaba de buena reputación, aunque principalmente como compositor de canciones. Pero se trataba sobre todo de una reputación local. Nunca se alejó mucho de Viena. Se trata del primer gran compositor de la historia que no fue un director o instrumentista que ofreciera recitales públicos, y por lo tanto no pudo conquistar fama como ejecutante o promover su música gracias a su propio virtuosismo. Nunca pidió mucho a la vida, fue hasta cierto punto un bohemio, y pareció contentarse con la creación de una página tras otra de música, al margen de que se le ejecutase. Su misión era crear música; existía únicamente para eso. “El Estado debería mantenerme”, dijo a su amigo Joseph Hüttenbrenner. “He venido al mundo con el único propósito de componer.”

Después de la muerte de Schubert fue necesario cuarenta años para llegar al punto en que el mundo comprendió su genio. Hacia fines del siglo, cuando comenzó a publicarse y a difundirse ampliamente se música, influyó sobre el pensamiento de Brahms, Dvorak, Brückner y Mahler. Hoy, el lugar de Schubert está asegurado en forma definitiva. Aunque ejerció escasa influencia sobre la escuela romántica temprana, de todos modos anticipó el romanticismo por el enfoque subjetivo de la música. Schubert no fue el primero de los románticos, pues Carl María von Weber fue un compositor mucho más romántico, y ejerció una influencia muchísimo mayor sobre la generación siguiente. Pero si Schubert no fue el primero de los románticos, ocupa un lugar distinto e incluso mucho más importante. Fue el primer poeta lírico de la música.

En sus treinta y un años de vida escribió un enorme caudal de música. Era un compositor veloz, no cabe duda de que como Mozart, fue uno de los compositores más veloces de la historia de la música, podía concebir una obra entera en su mente y después trasladarla de inmediato al papel.

Su música era sumamente original. Ninguno de los compositores de su tiempo podía evitar del todo la influencia de Beethoven, Mozart y Haydn, pero Schubert, tan pronto formó su estilo, se alejó más de aquél que otro cualquiera de los músicos contemporáneos.

 

 
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